Si lo hubiera sabido antes

17,00

ISBN: 978-84-17657-70-3

Cuando has llevado una vida digamos que normal porque ni has fumado ni tomado alcohol en exceso, has practicado deporte y te has alimentado adecuadamente, y un día te dicen: «Usted lo que tiene es un cáncer»… ¡hay que ver cómo te cambia la vida! Ahora eres tú mismo el afectado y no puedes mirar para otro lado. Has de sacar fuerzas como sea, aferrarte a un clavo ardiendo para digerir ese mal y tratar de controlar tus emociones. Aprendes a vivir solo en presente, el futuro ya no te preocupa, y hasta que no se es plenamente consciente de la situación, difícilmente se puede actuar de forma sensata, ya que tu estado anímico va variando según cada nuevo resultado. Luego llegan los preparativos para la intervención quirúrgica y para la que tampoco es fácil estar preparado. Las sesiones de radioterapia y quimioterapia se reciben con resignación y las secuelas de las mismas van apareciendo y has de acostumbrarte a ellas.
Llegado el momento de ir a quirófano lo ves como la luz que puede permitirte seguir vivo, desconociendo cómo saldrás de ese envite, pero confiando plenamente en la clase médica que intervendrá en la operación, sabiendo que pondrán siempre cuanto esté en su mano para mejorar tu estado de salud y que puedas tener una calidad de vida razonable.

COMPRAR

Add to wishlist
Share
Category

    ISBN: 978-84-17657-70-3
    Título: Si lo hubiera sabido antes
    Fecha: 2019
    Páginas: 200

     

    SINOPSIS

    Cuando has llevado una vida digamos que normal porque ni has fumado ni tomado alcohol en exceso, has practicado deporte y te has alimentado adecuadamente, y un día te dicen: «Usted lo que tiene es un cáncer»… ¡hay que ver cómo te cambia la vida! Ahora eres tú mismo el afectado y no puedes mirar para otro lado. Has de sacar fuerzas como sea, aferrarte a un clavo ardiendo para digerir ese mal y tratar de controlar tus emociones. Aprendes a vivir solo en presente, el futuro ya no te preocupa, y hasta que no se es plenamente consciente de la situación, difícilmente se puede actuar de forma sensata, ya que tu estado anímico va variando según cada nuevo resultado. Luego llegan los preparativos para la intervención quirúrgica y para la que tampoco es fácil estar preparado. Las sesiones de radioterapia y quimioterapia se reciben con resignación y las secuelas de las mismas van apareciendo y has de acostumbrarte a ellas. Llegado el momento de ir a quirófano lo ves como la luz que puede permitirte seguir vivo, desconociendo cómo saldrás de ese envite, pero confiando plenamente en la clase médica que intervendrá en la operación, sabiendo que pondrán siempre cuanto esté en su mano para mejorar tu estado de salud y que puedas tener una calidad de vida razonable. . Ya en casa, tras el postoperatorio y, con una bolsa en el costado, que precisa de cuidados especiales comienzas a ser consciente de lo que te espera, al menos durante un largo año, y te vas adaptando a la situación y tratas de controlarla. Sabes que te toca convivir con un cáncer y tratas de llevarte bien con él. Y cuando crees haber superado esta dura situación te dicen que hay metástasis en el hígado. Lo primero que te preguntas es: «¿Saldré de esta?». Es como volver a empezar: poco a poco vas aprendiendo cosas del cuerpo humano y te animas al saber que el hígado es el único órgano que crece y se regenera. Nuevas sesiones de quimioterapia, con también nuevas sensaciones; mentalizándote de que es lo que hay y confiando que salga todo bien. Pruebas y más pruebas hasta que te llega la llamada del doctor Fuentes Porcel diciendo que todo estaba preparado para esa intervención. La operación fue tan larga como imprescindible y las caras de satisfacción de todo el equipo médico y, de la familia, era el mejor presagio y, así fue, ya que desde aquel mayo de 2016 estoy haciendo una vida normal. Desde el verano de 2013 hasta la fecha, he tenido tiempo de escribir el contenido de este libro y otros varios más. En este caso la lectura y la escritura han sido una buena terapia. Todas estas duras y largas experiencias me han servido para concienciar a amig@s y conocid@s de la importancia de la prevención y de practicar hábitos de vida saludables cuando de la salud se trata; de formar parte del Voluntariado en el Hospital de La Inmaculada de Huércal-Overa y para decir que si siempre es pronto para morir que no se.

    Valoraciones

    No hay valoraciones aún.

    Sé el primero en valorar “Si lo hubiera sabido antes”

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada.