ISBN: 978-84-1144-363-0

Título: Cuentos de Toto
Fecha: 2022
Páginas: 486

SINOPSIS

Entramos a este plano de materia mediante la gestación de un embrión concebido mediante la combinación genética heredada de dos o más Óvulos-Espermas.

Esa combinación de genes Construirá-Fabricará-Factorizará un cuerpo (recipiente, escafandra) terrestre de acuerdo a las instrucciones transmitidas al embrión en un código preestablecido (ADN).

El cuerpo concebido solo operará dentro de unas muy limitadas y específicas condiciones de materia por todos aceptadas como normales y sobre las cuales no nos hacemos mayores preguntas: nivel de oxígeno, temperatura, humedad etc.

Al cuerpo se le dota de unos sensores, muy visibles algunos, que nos demarcarán nuestra consciencia del plano en que pernoctamos: imágenes, olores, sabores, audios, consistencias: solo veremos, oleremos, gustaremos, oiremos, tocaremos lo que nuestros sensores nos permitan, el resto simplemente los ignoramos como si no existieran porque no los captamos.

Me pregunto amable lector ¿si la consciencia de la magnificencia universal dada la belleza, esplendor, tamaño del universo no está más ligada a la energía que a la materialidad como nuestro cuerpo?

También me pregunto ¿si nuestra eternización no está basada en energía?

Los cuentos de Toto son una invitación a soñar despiertos extremando nuestra imaginación para buscar respuestas ficcionarias más mediatas al:

¿De dónde venimos? ¿Por qué venimos? y ¿hacia dónde vamos?

A fin de cuentas, de acuerdo a nuestro entendimiento actual, pernoctamos «casualmente» en una diminuta roca azul desde hace unos pocos cientos de miles o algunos pocos millones de años.

Roca localizada en la «casual» zona habitable (temperatura, agua y oxígeno) de un sistema planetario de estrella única que ha existido los últimos 4500 millones de años o cifra parecida del universo que nos compete, que según nosotros se formó hace poco menos de 14 000 millones de años —si es que la cifra es correcta y si es que no ha habido, hay o desaparecido enésimos universos previos—.

¿POR QUÉ NO PUDO HABER EXISTIDO ANTES, DIGAMOS UNOS CIENTOS DE MILES DE MILLONES DE AÑOS PREVIOS, UNA CIVILIZACIÓN INTELIGENTE? Que evolucionó y se perfeccionó hacia el dominio del manejo de la energía cuántica que está vagando por la inmensidad del cosmos sin lastre material —por lo tanto no es detectable—, sin tiempo y QUE ADEMÁS NOSOTROS SOMOS SUS HEREDEROS.

¿Realmente es la raza humana nuestra verdadera civilización?

¿No pudimos haber sido sembrados-plantados en un cielo de experimentación material (un edén) y no lo sabemos?

Los invito a soñar despiertos conmigo usando los elementos que nos han enseñado, pero desnudándolos de la contaminación social de información ancestral que quizás no es lo que parece, quizás fue tergiversada con intención o no y que quizás podría contener verdades ocultas detrás de las capas de contaminación de miles de años de una repetición cómoda y conveniente culturalmente y socialmente hablando.

Toto Urrieta