Violeida Sánchez, cubana (octubre de 1969). Fue una niña de pueblo: Artemisa. Allí creció como la mayor de tres hermanos. Criada por una madre cariñosa y exigente que le enseñó a leer, a escribir y a amar los libros; y bajo la protección de un padre en cuya fuerza encontró el valor para emigrar a los 30 años a Manresa.
Llegó a España como inmigrante ilegal, y la suerte y todas las personas generosas que conoció le ayudaron a recuperar su estatus social: médico y profesora universitaria, profesiones que ha combinado siempre y con las que se ha ganado la vida y es feliz.
Ahora, arropada por la familia que ha creado a su alrededor: esposo, hijos, suegros, amigos, colegas, se embarca en este proyecto inmenso y diferente que es publicar Añoranza, su primera novela. En sus palabras: «Una historia que poco tiene que ver con la nostalgia, la lejanía, la ausencia, la privación o la pérdida, una historia gestada con cariño y con todo lo que disfruté al leer y releer a Tomás Mann, Carpentier, Isabel Allende y Cortázar, mis preferidos de siempre; una historia que no os dejará un mal sabor de boca».