Me llamo Silvia y tengo 40 años. Soy auxiliar de Educación Infantil y, por lo tanto, trabajo a diario con los peques.
Ellos me han inspirado para escribir este cuento y los diferentes capítulos.
Bueno, por supuesto mi hijo Adrián, que es mi mayor ejemplo.
De hay que, el niño de esta historia, se llame como él.
Al dedicarme a trabajar con niños de 0 a 3 años, vivo con ellos sus miedos, angustias y, sobre todo, su gran imaginación para ver cosas donde no las hay, bueno para el adulto claro.
Cada capítulo ha sido una terapia para mí y, me ha servido para desconectar un poco de mis propios problemas.
Aún sigo escribiendo y, espero, pronto habrá una segunda parte, con nuevas aventuras.
Porque no hay edad para cumplir tu sueño, el mío fue escribir y lo he conseguido.
Antes trabajaba en algo totalmente diferente porque, las circunstancias, no me permitieron hacerlo en lo que de verdad me gusta, los peques.
Ahora, una vez conseguido, es para ellos, para que lean o les lean algo diferente a los cuentos de siempre, que están muy bien, pero hay que renovarse.
Espero les gusten estos dos gamberrillos en busca de aventuras y, sobre todo, demostrando que la amistad no tiene porque ser entre dos humanos. El perro es el mejor amigo, siempre fiel. Os lo digo yo que tengo una.