Mauricio Betancourt

Nací en la Ciudad de México, la “muy noble y leal”, la hermosa y la terrible. Desde mi niñez he sentido el llamado por la literatura. Recuerdo que siempre estuve acompañado por libros y cuadernos, donde, ya desde entonces, escribía historias. Mi vida siempre ha estado regida por la literatura. Estudié filosofía porque en esa época los escritores que más admiraba (admiro todavía) eran aquellos con un marcado interés filosófico. Pienso en Beckett, en Joyce, Borges, claro, varios más, y creí que con un sólido fundamento filosófico podría aspirar a las alturas de estos genios. Los caminos de la vida me llevaron a intentar compaginar mi pasión por la literatura con trabajar en algo no muy alejado de ella. He sido profesor (primero de inglés) y luego de literatura por gran parte de mi vida. Si bien, ya he escrito mucho, ¿por timidez?, no me había atrevido a publicar sino hasta estar seguro de que mis textos tuvieron algún valor. ¿Qué sucedió? Que reescribí y reescribí mis textos por muchos años. ¿Cuál era la frase de Alfonso Reyes? Algo así como: “Publicamos para dejar de revisar”. Lo que sí hice fue publicar libros sobre teoría literaria. Publiqué una trilogía de literatura comparada con McGraw-Hil. Como los libros tuvieron cierto éxito, escribí otros dos sobre literatura mundial. Mi primera novela, Ana y los soldados, fue publicada en 2017. La novela ha recibido buenas críticas que, me parece, no son desmerecidas. He dedicado los últimos años a mi obra más reciente: Todas las guerras civiles, que ahora doy a conocer. Estoy seguro que no les decepcionará.