Autor

Javier Guillamón Buendía (Campos del Río, Murcia). Mis profesores Esteban Guillamón e Isabel Buendía confeccionaron con heroica destreza mi cerebro y corazón respectivamente. Yo, tras un arduo trabajo, logré, no hace mucho tiempo, hacerlos funcionar de forma sincronizada y cooperativa.

 

Comencé a escribir cuando me aburría en clase de matemáticas. Desde el primer día de cada curso, para ser más preciso (pido perdón a todo aquel que sufrió, y toleró, mi ausentismo mental).

 

Perfeccioné mi técnica en la adolescencia, gracias a aquel inolvidable 2° de ESO B en Nuestra Señora de la Consolación y a mi facilidad para enamorarme de cualquiera que entrara dentro de mi campo visual.

 

La afiancé con la ayuda de algún que otro desamor. Algunos inundaron mi cuerpo de cicatrices. El más grande de todos me llevó catorce años superarlo: la ruptura entre yo y yo mismo.

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