FRANK DISLA-ORTIZ (1959). Escritor y teatrista dominicano. Su producción dramática se inicia con Los negros también comen helados de fresa (1976). Su pieza Ramón Arepa (1985) marcó un camino certero para el teatro dominicano. Fue profesor de dramaturgia en la Escuela Nacional de Arte Escénico (1983-1987). Obtuvo la Beca de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, 1987-1988. Su libro Desarraigados obtuvo el Premio Nacional de Teatro Cristóbal de Llerena 1992. Sus obras Aquí no se sienten la lluvia y Antología del recuerdo han sido traducidas al inglés por Cola Frazen. Reside en los Estados Unidos desde hace más de 25 años, donde ha montado sus creaciones en varios escenarios de Boston, Nueva York, Providence y Nueva Jersey. Recibió el Premio Artista Meritorio del Ateneo Minerva Mirabal, Centro de Desarrollo Cultural de la Provincia de Salcedo, República Dominicana, 1988. En 1999 obtuvo el Primer Premio del Concurso Dominicano de Teatro (Casa de Teatro) por su obra El barbero de Saint Ann Street. En 2004 y 2006 fue el maestro elegido para impartir el prestigioso Taller de Dramaturgia del Ollantay Center for the Arts. Figuró entre los dramaturgos de la actualidad latinoamericana en los Congreso-Fetival Latin American Theater Today 2005 y 2008 en la Universidades de Connecticut y Virginia Tech. Fue jurado del Premio Casa de las Américas del año 2002. Obtuvo, por segunda vez, el Premio Nacional de Teatro Cristóbal de Llerena por su pieza Un búfalo de El Paso, Texas. Ganador del Premio Letras de Ultramar 2013 y 2015, por Ascenso y caída de Andresito Reyna y Un romance andaluz respectivamente.
La obra de Frank Disla se ha poblado de personajes emigrantes, exiliados económicos y exiliados políticos; puertorriqueños, chilenos, mexicanos, dominicanos; caracteres que testimonian, a través de una teatralidad descarnada e incisiva, el choque espiritual y material que impacta a hombres y mujeres que ya no tienen ningún lugar al que puedan llamar suyo. Son personajes vivos, reales, con rasgos de la crueldad y el naturalismo, delineados de la manera brillante con la que Frank Disla aborda los personajes que viven en algún punto extremo de sus existencias, esos personajes que han perdido todos los horizontes y que él conoce tan bien, pues los entrevista, conoce sus vidas, convive con ellos y hasta han llegado, esos personajes, a representar sus propias vidas en las tablas.