Nací en Vecindario (Santa Lucía de Tirajana), en la isla de Gran Canaria y en la familia más hermosa que me podía dar la existencia. Al son de los alisios del sureste y del silencio de la tempestad petrificada de Tejeda me crié rodeado de humildad y ternura. Crecí rodeado del pueblo con sus alegrías y tristezas. Aprendí de mi padre que la educación, la honestidad y la justicia son los pilares de la felicidad compartida. Estudié en la Universidad de Las Palmas para ser maestro y más tarde comprendí que la verdadera enseñanza es la del corazón, el respeto y las emociones. El cinturón de afectos que envuelve mi vida crece con los años y le sigue poniendo alas a los sueños. Seré maestro y alumno eternamente. Ahora jubilado (júbilo significa alegría) alimento el amor que tengo por mi familia, mis amigos, la naturaleza y los sueños. Practico el Carpe Diem y mi palabra favorita es Agradecimiento.
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