Este cuento surge por la necesidad de hacer entender al niño con hemiparesia infantil que tener dos manos puede ayudarle a descubrir el mundo y conocer su mano parésica puede ser un aprendizaje maravilloso. La capacidad de aceptar que esa mano esté presente en su día a día no solamente depende de él, sino de comprender cómo puede usarla, de compartir juegos con ella y de saber que forma parte de él y que puede llenarle de magia. Por eso, nuestra labor como terapeutas es ayudar a las familias y al propio niño a profundizar en su descubrimiento, facilitando su camino y acompañándoles en el mismo. Evitando el rechazo de su brazo parésico y la frustración por no usarlo adecuadamente y fomentando su uso a través de la diversión, lo que le ayudará a percibir esa parte como propia y a querer usarla para participar en su entorno natural. Y qué mejor manera que empezar por una historia en la que se vean reflejados y puedan adentrarse en el sueño de dibujar su vida con dos manos.