Guía de apoyo para un adolescente

ISBN: 978-84-1144-178-0

SINOPSIS

No pretende ser un tratado de psicología sino una vuelta a la esencia que todo Ser Humano lleva dentro, para volver a conectar con nuestro sentido común, con dos objetivos en concreto: volver a conectar (si acaso entre tanta falta de entendimiento y dolor nos desconectamos en algún momento) con aquel adolescente que fuimos y aún somos, y entenderlo, para poder comprender quién es (eres) ahora y qué necesita(s). Segundo; a la vez, y como consecuencia directa, poder ayudar a nuestros adolescentes a descubrir lo que necesitan y a ser quienes son realmente. Ayudarles a ser todo lo que verdaderamente pueden llegar a ser, libres de condicionamientos, miedos, sentimientos de culpa, y de todo aquello que nosotros arrastramos (muchas veces por simple falta de reflexión). Ayudarles también a ellos a entender qué vivimos los mayores por dentro y el porqué de muchas cosas a las que no consiguen dar respuesta acerca de nuestro mundo «adulto».

Sin recordar esa mirada (pero sin perdernos en ella) es muy difícil conseguir entender lo que ellos están viviendo y, por tanto, poder ayudarles y servirles en el acompañamiento a lo largo de sus experiencias. Muchas veces se nos olvida… Los mayores no estamos para mandar. Deberíamos estar para Servir, desde el significado originario de utilidad: resultar útil para su caminar. Si debemos recurrir a mandar, cuando ya tenemos capacidad de desarrollar la consciencia, es que algo estamos haciendo mal, pues pasamos de educar a domesticar, limitando, incluso impidiendo en ocasiones su desarrollo en la totalidad de lo que son.

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ISBN: 978-84-1144-178-0

Título: Guía de apoyo para un adolescente
Fecha: 2022
Páginas: 512

SINOPSIS

No pretende ser un tratado de psicología sino una vuelta a la esencia que todo Ser Humano lleva dentro, para volver a conectar con nuestro sentido común, con dos objetivos en concreto: volver a conectar (si acaso entre tanta falta de entendimiento y dolor nos desconectamos en algún momento) con aquel adolescente que fuimos y aún somos, y entenderlo, para poder comprender quién es (eres) ahora y qué necesita(s). Segundo; a la vez, y como consecuencia directa, poder ayudar a nuestros adolescentes a descubrir lo que necesitan y a ser quienes son realmente. Ayudarles a ser todo lo que verdaderamente pueden llegar a ser, libres de condicionamientos, miedos, sentimientos de culpa, y de todo aquello que nosotros arrastramos (muchas veces por simple falta de reflexión). Ayudarles también a ellos a entender qué vivimos los mayores por dentro y el porqué de muchas cosas a las que no consiguen dar respuesta acerca de nuestro mundo «adulto».

Sin recordar esa mirada (pero sin perdernos en ella) es muy difícil conseguir entender lo que ellos están viviendo y, por tanto, poder ayudarles y servirles en el acompañamiento a lo largo de sus experiencias. Muchas veces se nos olvida… Los mayores no estamos para mandar. Deberíamos estar para Servir, desde el significado originario de utilidad: resultar útil para su caminar. Si debemos recurrir a mandar, cuando ya tenemos capacidad de desarrollar la consciencia, es que algo estamos haciendo mal, pues pasamos de educar a domesticar, limitando, incluso impidiendo en ocasiones su desarrollo en la totalidad de lo que son.

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