Sacerdote, místico y poeta

ISBN: 978-84-1144-155-1

SINOPSIS

Los diversos capítulos de este libro –”Sacerdote, místico y poeta”—son el testimonio personal de la experiencia sacerdotal unitiva con Dios, ya sea como autoafirmación o como estímulo para otros, y tiende siempre a hacerlo con formas de exteriorización poéticas.

La experiencia de Dios puede ser tan significativa que resuena constantemente en el corazón del hombre. En tal caso, para no perder detalle de la oportunidad contemplativa, hay que silenciarse, dejar que la luz del “Misterio” se haga presente, y que invada hasta la médula sin ponerle obstáculos y resuene su voz, su música callada.

Este silenciamiento requiere varios momentos a través de los cuales se logra pacificar la palabra y el cuerpo. Mediante estas etapas se logra tomar conciencia de la corporeidad como disposición primera que da paso al silencio mental y dispone el regalo del silencio místico.

El desierto es el lugar de la soledad, del encuentro con el Señor en la intimidad de un corazón que ama y espera, aprovechando la certeza de que Dios padre está junto a nosotros y nos ama; y también la “evidencia” de su bondad y su ternura.

La experiencia mística no finge ser un secreto, se mantiene callada porque no es un lenguaje comprensible para todos; además, es música silente, más no ruido, y por ser música y voz no puede permanecer oculta. La voz callada no es algo que, pudiéndose decir, se guarda en secreto, la voz callada no tiene contenido alguno, es voz: sonido primordial . Solo quien antes ha sido capaz de silenciar la palabra, el cuerpo y la mente logra escuchar esta “voz callada”, percibiendo así el don de la contemplación.

 

https://dimeunapalabra.marianistas.es/wp-content/uploads/2022/08/09.06.jpg

Add to wishlist
Share
Category

    ISBN: 978-84-1144-155-1

    Título: Sacerdote, místico y poeta
    Fecha: 2022
    Páginas: 454

    SINOPSIS

    Los diversos capítulos de este libro –”Sacerdote, místico y poeta”—son el testimonio personal de la experiencia sacerdotal unitiva con Dios, ya sea como autoafirmación o como estímulo para otros, y tiende siempre a hacerlo con formas de exteriorización poéticas.

    La experiencia de Dios puede ser tan significativa que resuena constantemente en el corazón del hombre. En tal caso, para no perder detalle de la oportunidad contemplativa, hay que silenciarse, dejar que la luz del “Misterio” se haga presente, y que invada hasta la médula sin ponerle obstáculos y resuene su voz, su música callada.

    Este silenciamiento requiere varios momentos a través de los cuales se logra pacificar la palabra y el cuerpo. Mediante estas etapas se logra tomar conciencia de la corporeidad como disposición primera que da paso al silencio mental y dispone el regalo del silencio místico.

    El desierto es el lugar de la soledad, del encuentro con el Señor en la intimidad de un corazón que ama y espera, aprovechando la certeza de que Dios padre está junto a nosotros y nos ama; y también la “evidencia” de su bondad y su ternura.

    La experiencia mística no finge ser un secreto, se mantiene callada porque no es un lenguaje comprensible para todos; además, es música silente, más no ruido, y por ser música y voz no puede permanecer oculta. La voz callada no es algo que, pudiéndose decir, se guarda en secreto, la voz callada no tiene contenido alguno, es voz: sonido primordial . Solo quien antes ha sido capaz de silenciar la palabra, el cuerpo y la mente logra escuchar esta “voz callada”, percibiendo así el don de la contemplación.

     

    https://dimeunapalabra.marianistas.es/wp-content/uploads/2022/08/09.06.jpg

    Valoraciones

    No hay valoraciones aún.

    Sé el primero en valorar “Sacerdote, místico y poeta”

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada.