Mi nombre es Viviana Canalís.
Nací en Buenos Aires un 18 de septiembre y entre infinitas riquezas, llevo mis células impregnadas de sol abrasador, de cielo inmenso, de aroma a manzanillas, de solidaridad entre los seres, de música de fiestas que se unen en danza.
Estudié y trabajé, pero mis búsquedas estuvieron siempre relacionadas por un lado a lo corporal, y por el otro lado al conocimiento del ser para abarcar la dimensión espiritual, esa necesidad de los seres de descubrir misterios.
Y un día… encontré Biodanza, y pude sentir que allí se unían dentro de mí «todas las partes».
Tuve y tengo la fortuna de amar y ser amada. Y un día, el privilegio de ser madre de un ser maravilloso y el gozo de verlo convertido en hombre. Mi hijo, Uriel, es una auténtica obra de arte.
Viví un tiempo en Brasil y en República Dominicana, descalza y a pocos metros del mar. El siguiente destino sería decisivo: la mágica ciudad de Granada, España, donde actualmente vivo. Fue amor a primera vista, caminar por sus calles y sentirme en casa.
He descubierto la dimensión oculta y trascendente de lo pequeño, lo sencillo, lo cotidiano y eso hace que cada vez disfrute y ame más la vida.
Actualmente dirijo la escuela de Biodanza de Granada, un sueño hecho realidad desde 2010 y que comparto con colegas amados.
Esta apasionante profesión me ha llevado a dictar clases y cursos en Argentina, España, Bélgica, Brasil, Italia, Francia, Holanda, República Dominicana, Moscú y Portugal.
Amo ver películas, leer, escribir relatos, compartir con amigas, danzar, disfrutar de mi casa, de mi hijo y en este preciso instante sé que se están abriendo para mí nuevos caminos de amor.
