21 de marzo de 1946 . Pepa Siquier llegó un buen día, con la primavera y como no podía ser de otra manera, su personalidad ha estado marcada por dicha estación, siempre con una sonrisa en la cara, una elegancia innata y una energía y un carácter arrolladores.
Sus grandes pasiones y creo no equivocar el orden: los niños, el campo y la literatura.
Su infancia transcurrió entre la ciudad de Palma y los pueblos de Inca y Biniali, donde vivía rodeada de animales de granja, viñedos, almendros y algarrobos, un entorno rural que sembró en ella esa pasión por el campo que siempre ha marcado su vida.
Ya dejando atrás su niñez y tras cursar sus estudios en enfermería, estuvo varios años trabajando al cuidado de bebés prematuros hasta que decidió dedicarse en cuerpo y alma a su nuevo proyecto que era el de formar una familia
Más adelante, la vida la llevó a crear y dirigir junto a su marido Juan de Dios, un pequeño comercio que llegó a ser conocido y muy apreciado en toda la isla, solo una persona como ella podía abrir un negocio tan sencillo como lo es una papelería y dándole su toque personal conseguir que fuera una de las tiendas emblemáticas de Palma.
Ya jubilada, disfruta de quitar las malas hierbas en su jardín y dar largos paseos por el bosque rodeada de su familia, especialmente en compañía de sus cuatro nietos.