Soy la más pequeña de doce hermanos, a quienes amo con todo mi corazón, incondicionalmente. Nací en Baní-República Dominicana, el 24 de Enero de 1.968 (un miércoles). De este dato me enteré hace poco. Mi infancia transcurrió en la Bahía Las Calderas, un poblado del Sur de la República Dominicana, Baní y en donde pasé los momentos más felices de esa época. De allí conservo hermosos recuerdos y amigos de la infancia.
Desde los catorce años me he dedicado a la enseñanza (sin títulos), pues mi vocación era mayor que mis años.
Trabajé de ayudante de profesora cursando aún el bachillerato en los colegios:
– Antonio María Claret (República Dominicana). Ayudante de preescolar.
– Colegio Católico de Herrera (Republica Dominicana). Ayudante de preescolar y profesora de 3º de primaria.
– María Montessoris (Republica Dominicana). Ayudante de preescolar.
A los 18 años, ingresé en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, cursando un técnico de Pedagogía-inglés (UASD), el cual interrumpí en el último semestre por razones personales.
Viajé a España en 1.990, donde han transcurrido: mi vida de emigrante, entre risas y llantos; la pérdida de seres queridos; y mi crecimiento personal y espiritual. Pero también he visto mi vida fluir como ser humano.
Participé en un concurso de Poemas, en el que me publicaron tres: Poemas del Amanecer, Ediciones Bonet Sichar, 1.996.
En mi viaje a la Republica Dominicana en el 2010/11, colaboré con la Escuela Francisco Alberto Caamaño – Villalinda, Ciudad Satélite, en la alfabetización de niños de primaria.
Estos últimos 6 años, me dediqué al voluntariado y desde ahí mi vida fue dando pasos agigantados dentro de la espiritualidad.
Colaboré en Jarit, como profesora de Castellano a emigrantes; en Caritas (en la organización y reparto de alimentos, resolución de expedientes); en la parroquia Nuestra Sra. de los Desamparados en el Barrio de Nazaret (Valencia); en el Arca de Noé, con niños socialmente desfavorecidos, (alfabetización), Valencia- Bº Nazaret; y soy colaboradora actual con Aldeas Infantiles.
De estas últimas colaboraciones nace mi afán de publicar este libro para la ayuda a la infancia y la tercera edad.
También he de mencionar mi colaboración con un partido político, Recortes Cero, en el cual aprendí a debatir, a rebuscar más el sentido de lo correcto y donde, también, conocí a mi actual esposo.
Allí sé que tengo grandes amigos y, hoy les digo, que me pudo más el amor a Dios que a la política.
Comprendí que, desde la política, se puede servir al pueblo o a la Patria, mas desde el amor se puede servir a Dios. Con eso es con lo que me quedo.
Hoy por hoy, siento que la vida vale la pena vivirla, entregarte, servir y amar incondicionalmente, pues la Gracia Divina llega a través de la gratitud y del amor al prójimo.