Miguel Angel Gómez Ortiz (M.A.G.O. para sus amigos) es un madrileño nacido en 1959, Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, que ha desarrollado casi toda su carrera profesional como funcionario, centrado siempre en temas económico-administrativos pues, aunque cerca de políticos y afines, a veces demasiado para su gusto, nunca ha querido participar en la lucha del poder que mueve a todos ellos.
Republicano por convicción, sin necesidad de ser anti-monárquico, ha tenido muchas veces, como complemento de una buena comida en alguna de ellas, discusiones sobre el tema de la república, asimilando las posiciones de quienes defendían la monarquía como el paradigma de la estabilidad frente a los republicanos que levantaban la bandera de la libertad, y siempre observaba que entre personas no inmersas en la lucha política las principales diferencias, o las más insalvables de estas diferencias, sobre todo nacían del recuerdo (inducido, pues ninguno, por lo general, lo había vivido en persona) de la división entre bandos en la segunda república y de la división cantonal de la primera.
Con esta base, desde hace tiempo ha ido desarrollando la idea de que podía existir una república española, si no ideal, si acogedora de todas las opciones, como lo es en la actualidad nuestra actual monarquía, en la que el autor se siente muy cómodo pese a su «tic» republicano.
Y sabedor de que no va a conocer esa república «ideal», ahora que se ha jubilado, se permite afrontar el tema y dar a conocer su idea, combinándola, además, con una cierta crítica del ambiente político, y económico, que se vive en el mundo desde que se están cuestionando, si no haciendo desaparecer, los principios que han regido las relaciones internacionales desde que finalizó al Segunda Guerra Mundial, siendo sustituidos por unas relaciones basadas en la fuerza, en la que las fronteras no se respetan.
Y, desde luego, explica la razón de hablar de la cuarta república, que es una teoría personal.