Madrileña e ingeniera de telecomunicaciones, se hizo funcionaria del Cuerpo Superior de Sistemas y Tecnologías de la Administración General del Estado tras haber pasado unos años como consultora informática en Bélgica.
Pero entre tanta tecnología le late desde muy joven el corazón de una ferviente lectora que nunca se había atrevido a poner negro sobre blanco algo del poso que tantos libros le han dejado. Con esta primera historia ha querido demostrarse que ha vencido el miedo a dejar de decir por un tiempo: «Yo es que soy de ciencias».