Zamorana nacida en un año capicúa.
Quizás por ser de un lugar pequeño tuve la necesidad de escapar, ahora sobrevivo en Madrid, dejándome caer como la tinta sobre el papel por historias que hago mías.
Un día entendí que los pequeños detalles son lo que forman todo, en ocasiones pasamos por alto la intensidad real de las conversaciones que mantenemos en nuestro día a día y restamos de este modo importancia al valor de nuestras propias vidas.
Tuve que aprender que no tengo la capacidad de hacer del planeta un mundo mejor, pero sí ayudar para que no sea aún peor. Si con estas páginas consigo que una sola persona deje de lado sus problemas y rompa su rutina en la duración de la lectura, ya habré logrado mi objetivo.
Marina García Plaza
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