Yael Castillo es un joven mexicano nacido en el seno de una familia de clase media-baja, donde el fanatismo religioso estuvo muy presente. Siempre tuvo un comportamiento algo excéntrico, para las demás personas sus intereses, manías y creencias eran algo que destacaba. Hablaba solo, constantemente tenía ataques de pánico, era muy retraído y constantemente se le veía dando vueltas en círculos como si su mente no estuviera en el momento. Nunca sintió que encajaba con las demás personas, durante toda su infancia fue considerado como un niño «raro» por mucho. A pesar de ser de los jóvenes más destacados en el ámbito escolar, parecía no comprender como funcionaba el mundo fuera de este. Yael se refugiaba en las hazañas de la mitología de diferentes culturas, a partir de las cuales siempre creaba historias, las cuales le brindaban la esperanza de que aquel mundo que parecía no comprenderlo, no lo era todo, pues debía de haber algo más.
Lamentablente, por la educación católica tan rígida y ocultar por años el ser una persona homosexual, Yael poco a poco fue enfermando. Y cuando cumplió sus 18 años fue diagnosticado con Síndrome de Asperger, actualmente conocido solo como autismo, esto explicó el porqué de su comportamiento.
A sus 19 años, comenzó su Licenciatura en Educación Primaria. Sin embargo, esta carrera solo era una carga más, pues ya no solo debía de lidiar con la ansiedad que le provocaban los dogmas religiosos y esconder su orientación sexual, sino que ahora debía también cargar con estudiar una carrera por la cual, él, no sentía vocación, esto por presión de su familia.
Esto lo hizo caer en depresión y que fuera fuertemente medicado. Por lo que no pudo terminar sus estudios. Creía que debido a su condición y a su depresión y ansiedad no sería más que una carga para su familia, pues creía que no era bueno para nada. Fue entonces cuando tomó la decisión de tomar su computadora y empezar a redactar esas historias que hacía años vivían en su mente.