Nació en 1961, por lo que su adolescencia y juventud, esa edad que dicen que marca lo que serás de adulto, la identidad, la exploración de intereses y la formación de relaciones sociales, transcurrió en el periodo de cambios que significó la transición española. Sancho nos decía en el Quijote el refrán «no con quien naces, sino con quien paces», y lo cierto es que en su vida, los tres pilares paradigmáticos que le sustentan le vinieron tanto por el entorno familiar como por con quien pació. Dichas bases son la educación, la acción social y la cultura. Estas interaccionan en su vida retroalimentándose, pues una persona culta no se deja dominar, se abre a la empatía y desea transmitirlo. Se considera un hombre creyente, aunque heterodoxo, entendiéndose por ello no creerse en poder de la verdad absoluta, y dimanando de esa ética vital los cimientos de los pilares antes dichos. Por lo dicho anteriormente, tuvo una activa vida de asociacionismo juvenil tanto eclesial como profano. Se declaró objetor de conciencia en 1983, tras terminar sus estudios de Magisterio.