Francisco Fiol Salvá nació en Palma de Mallorca en los años ochenta. A los doce años conoció el mundo del esoterismo, cosa que trajo un cúmulo de incertidumbres y complicaciones a su vida. Fue un niño y adolescente feliz con un buen currículum académico hasta que dejó la universidad por el fútbol profesional. Tras una corta carrera en Rumanía lidió con problemas de depresión y pensamientos de suicidio. Intentando salir adelante, fue arrastrado a la brujería durante ocho oscuros años.
En 2009 inició una aventura como modelo y actor que duraría trece años. En ella alcanzó éxitos profesionales y viajó por múltiples países hasta cansarse de la aparente banalidad de la vida. Estuvo cerca de entrar en prisión por actos consecuentes al mal carácter que llegó a desarrollar. Su testimonio incluía drogas, promiscuidad sexual y amor al dinero.
Tras un periplo por Latinoamérica decidió abandonar todo, regresar a su tierra y estudiar teología para obtener respuestas anheladas.