Autor

Nació en la Ciudad de México el 29 de diciembre de 1961.

El onceavo integrante de una gran familia de 12 hermanos, sus abuelos paternos y maternos de nacionalidad española, Manuel Ávila y José Roldán respectivamente, sus abuelas Paula Benítez y Catalina Islas y sus padres Faustino Ávila y Concepción Roldán todos orgullosamente originarios del Estado de Hidalgo, México.

Cursó sus estudios primarios en la Escuela Federal Lázaro Cárdenas en San Pablo Xalpa Tlalnepantla, Estado de México. Continuó sus estudios (1973-1976) en la Secundaria No. 54 República de Bolivia en Azcapotzalco, Ciudad de México. Egresado del Colegio de Bachilleres Unidad Azcapotzalco (1976-1979) con la especialidad de Técnico Laboratorista Químico en donde fue ganador del Concurso Nacional de Preparatorias de Física Moderna.

Estudió en el Centro de Capacitación de Mitutoyo México en donde se graduó como Metrólogo, estudió en el Centro de Capacitación de IBM de México en donde recibe el título de Programador Analista.

Combina su carrera laboral con sus estudios profesionales a medio tiempo, trabajando para grandes empresas como Servicios de Control Ambiental de México, Ray-o-Vac de México, Aceros Camesa, Grupo Industrial CASA, Industrias Dynamic, entre otras, en donde ocupa altos niveles gerenciales. Egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana (1979-1987) de la Licenciatura de Ingeniería Química.

Ingeniero emprendedor y fundador (1993) de la compañía IMPERSEALCO SA DE CV. Empresario con más de 27 años de experiencia en la industria automotriz, sus productos han llegado a países como Canadá, Estados Unidos, Argentina, Brasil, Polonia, Arabia Saudita, entre otros.

Obtiene el Diplomado en Plásticos (2009) en el Centro Empresarial del Plástico en México, en donde es galardonado con el premio al mejor proyecto de la generación 33 en la Ciudad de México.

En el año 2021 incursiona con este trabajo literario como escritor y fotógrafo.

Desde niño le gustó observar el cielo y de forma circunstancial veía naves extraterrestres, discos voladores normalmente estáticos y suspendidos en la bóveda celeste con apariencia metálica que reflejaban los rayos del sol. Sin embargo, aquello nunca llegó a ser una obsesión o fanatismo, su formación académica le ha hecho pensar y trabajar siempre apegado al método científico.

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