Nació un veintiocho de mayo de mil novecientos cincuenta y seis, en la ciudad de Temuco, en un hogar a punto de destruirse, donde la continua violencia intrafamiliar sucedía a menudo.
Descubrió que no era normal pernoctar en casa de vecinos, que, a sus nueve años, no quería volver a casa de su padre cuando su madre se iba con ellos. Entonces, recordaba que lloraba por la calle, no queriendo aceptar que debía volver. Situaciones como esa, y otras tantas, marcaron su vida.
Mirar al pasado es como no haber vivido todo aquello, como un sueño mal soñado, pero sucedió.
No todo fue malo. Durante el período transcurrido entre los años 70 y 75, recuerda inmemorable recuerdo en que querido Liceo.
Recuerda a sus profesoras y compañeras que hicieron más llevaderos sus días, dejando huellas imborrables.