Creció en Badalona (Barcelona). A los siete años escribió un cuento con el
cocinero Karlos Arguiñano de protagonista. A los trece le diagnosticaron
esclerosis múltiple. Por esta causa se aficionó a leer a Edgar Allan Poe.
Al acabar la secundaria realizó un curso de garantía social en el Joan Maragall.
A los diecisiete fue a una escuela de adultos a cursar Graduado en Educación
Secundaría. El profesor de castellano y catalán propuso a toda la clase
redactar alguna historia, la mejor redacción fue la de Cristina. Esas historias se
las entregaba a su hermano ya que su instituto hacían un concurso literario
para el día de Sant Jordi, siempre ganaba el primer premio. A los veinte hizo
primero de bachillerato en el instituto Pompeu Fabra también se presentó al
concurso literario de Sant Jordi logró ser la ganadora.
Por culpa de la enfermedad tuvo que dejar los estudios. Pero gracias al placer
de escribir, Cristina se convenció de que tenía el don de la imaginación y de
poder plasmarla en el papel. Ha cursado un año por vía interactiva en la
Escola d’escriptura de Barcelona.
Cuando Cristina dijo que quería escribir un libro, le apoyaron su familia, la
esposa de su padre Julia, sus hermanos y todos sus amigos. En el año dos mil
diecinueve publicó la primera edición del Brumago. Actualmente sigue
escribiendo y haciendo teatro.