Autor

Antonio Jiménez Rey es un jubilado, mecánico de profesión, que siempre quiso ser escritor. Hoy aprovecha su tiempo libre para intentar hacer aquello que siempre quiso. No pretendo —nos dice— sentar cátedra de nada. Reconozco que solo soy un buen aficionado a las letras y a la poesía en particular, mi formación es totalmente autodidacta. Nací en Iznajar (Córdoba), hoy resido en Cambrils (Tarragona), antes lo hice en Granollers. Llevo más de cincuenta años en Cataluña, amo a esta tierra, pero jamás he olvidado ni por un momento mis esencias andaluzas las cuales conservo como el más preciado de mis tesoros. En mi primer libro, Las tribulaciones de Sisebuto, dije: «Cuando la palabra se hace paranoia o viceversa, surgen a veces estos libros escritos por personas sencillas y autodidactas que, si bien están muy lejos de la ortodoxia del lenguaje y la gramática, sí, en cambio, están más cerca de la gente que las utiliza sin trabas ni corsé».

En mi segundo libro, La palabra desnuda, apunté lo siguiente: «En esta palabras que envuelven la forma sutil de la idea y en cepos de tinta le atrapan sus alas, en estas palabras que no dicen nada gritan mis silencios sus voces calladas. En estas palabras que el tiempo del papel borrará un día, sin que apenas nadie las haya leído, se escapa mi alma, se muere mi cuerpo, se calman mis ansias».

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