La Disputa de los Caídos es la primera novela de Ana Vadillo, que vive en Valladolid, junto con su marido y su galga –esta última se asemeja en muchos aspectos a Ari, el personaje del libro–.
Acérrima lectora, su afición por los libros comenzó en su más remota infancia, y decidió lanzarse a la escritura como hobby, tras algunos años desempeñando labores de seguridad de cara al público –época en la que trató con cientos de chiflados, jubilados ociosos, niños proclives a la delincuencia y amas de casa camorristas–. El destino la llevó a terminar prestando servicios de vigilancia y protección en un sitio bastante perturbador: un museo de Arte Contemporáneo. Entre esas paredes su creatividad se agudizó, al coexistir con extravagantes artistas conceptuales, que exponían sus estremecedoras obras de arte. «Yo he visto cosas que vosotros no creeríais…». Esta frase pertenece a la película Blade Runner del director Ridley Scott, y Ana no se cansaba de repetirla con mirada centelleante mientras escribía La Disputa de los Caídos.