Canciones nocturnas de un Eurípides

ISBN: 978-84-1144-465-1

SINOPSIS

Si tienes la mente con toda la ortodoxia didáctica de lo cotidiano es mejor que te obtures las vías razonables con varias dosis de abstracción. Y beses, beses y beses, aunque sea las manos ajenas, o lances besos al aire como mariposas en vuelo.

Si pegas en el pórtico de los sueños, desde la mirilla del subconsciente te abrirá la puerta a tus propios sueños. Con apertura retardada, como el que pretende robar el banco de las habilidades. En un salón de té donde la privacidad permita la desnudez mental.

Un crucigrama de esquirlas donde perder el tiempo o si quieres ese espacio donde verter palabras impropias, sin muros copiados, solo sensaciones, sentimientos, y distracciones mentales las que se quiera, dentro de un recato acotado a la trasnochada legalidad  y todo con la mejor música.

Es como una especie de diván del alma, donde tienen cabida toda clase de menudencias verbales si se quiere.  Sin diálogos es el espacio, un souvenir de pasatiempo, mientras esperas el autobús o te toca comprar el pan, y la música, esa eterna mujer de curvas divinas.

La cotidianeidad de la vida está sumida en tristezas y desgracias, y en clamores de alegrías y amores infinitos. Como si fuese un campo de batalla donde a diario se enfrentan ambas pasiones, del bien y del mal, y solo nuestras actitudes nos hacen flotar entre las olas. De todo eso y de nada, surgen las letras y las canciones, como los sueños que nacen solos y de manera improvisada.

Categoría

ISBN: 978-84-1144-465-1

Título: Canciones nocturnas de un Eurípides
Fecha: 2022
Páginas: 116

SINOPSIS

Si tienes la mente con toda la ortodoxia didáctica de lo cotidiano es mejor que te obtures las vías razonables con varias dosis de abstracción. Y beses, beses y beses, aunque sea las manos ajenas, o lances besos al aire como mariposas en vuelo.

Si pegas en el pórtico de los sueños, desde la mirilla del subconsciente te abrirá la puerta a tus propios sueños. Con apertura retardada, como el que pretende robar el banco de las habilidades. En un salón de té donde la privacidad permita la desnudez mental.

Un crucigrama de esquirlas donde perder el tiempo o si quieres ese espacio donde verter palabras impropias, sin muros copiados, solo sensaciones, sentimientos, y distracciones mentales las que se quiera, dentro de un recato acotado a la trasnochada legalidad  y todo con la mejor música.

Es como una especie de diván del alma, donde tienen cabida toda clase de menudencias verbales si se quiere.  Sin diálogos es el espacio, un souvenir de pasatiempo, mientras esperas el autobús o te toca comprar el pan, y la música, esa eterna mujer de curvas divinas.

La cotidianeidad de la vida está sumida en tristezas y desgracias, y en clamores de alegrías y amores infinitos. Como si fuese un campo de batalla donde a diario se enfrentan ambas pasiones, del bien y del mal, y solo nuestras actitudes nos hacen flotar entre las olas. De todo eso y de nada, surgen las letras y las canciones, como los sueños que nacen solos y de manera improvisada.

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