ISBN: 9791370128838
SINOPSIS
Una historia de amor donde el cuerpo es rito, la palabra es espejo, y la entrega… un acto sagrado.
Primero fue el silencio. Hans lo habitaba como quien se protege de un mundo demasiado ruidoso. Preciso, reservado, lógico. Hasta que una mujer —Selene, luz serena, mirada que no exige pero revela— se sienta a su lado. Entonces, algo se mueve. Algo despierta.
Lo que comienza como un trabajo académico se convierte en un campo de resonancia emocional: cartas escritas con temblor, palabras que rozan la piel, una lluvia que no moja sino que purifica. Pero Hans no es libre. O aún no. Y Selene no quiere mitades. Lo que ambos buscan —aunque no lo digan— no es romance, es redención. Esta no es una historia de conquistas, sino de reconocimientos: dos almas que se intuyen de otra vida, cuerpos que no se entregan por deseo sino por devoción. Aquí, el sexo no es escena: es ceremonia. El amor no es pertenencia: es presencia consciente. La compersión — esa alegría por el amor del otro, aunque no nos pertenezca— no es un concepto: es una forma de amar sin miedo.
Y cuando Olga aparece, con su vestido azul y su historia entre los la-bios, lo que parecía completo se expande. Porque hay encuentros que no llegan a romper nada, sino a mostrar que el amor puede tener más de un cauce, más de una floración.
ISBN: 9791370128838
Título: Compersión
Fecha: 2025
Páginas: 268
SINOPSIS
Una historia de amor donde el cuerpo es rito, la palabra es espejo, y la entrega… un acto sagrado.
Primero fue el silencio. Hans lo habitaba como quien se protege de un mundo demasiado ruidoso. Preciso, reservado, lógico. Hasta que una mujer —Selene, luz serena, mirada que no exige pero revela— se sienta a su lado. Entonces, algo se mueve. Algo despierta.
Lo que comienza como un trabajo académico se convierte en un campo de resonancia emocional: cartas escritas con temblor, palabras que rozan la piel, una lluvia que no moja sino que purifica. Pero Hans no es libre. O aún no. Y Selene no quiere mitades. Lo que ambos buscan —aunque no lo digan— no es romance, es redención. Esta no es una historia de conquistas, sino de reconocimientos: dos almas que se intuyen de otra vida, cuerpos que no se entregan por deseo sino por devoción. Aquí, el sexo no es escena: es ceremonia. El amor no es pertenencia: es presencia consciente. La compersión — esa alegría por el amor del otro, aunque no nos pertenezca— no es un concepto: es una forma de amar sin miedo.
Y cuando Olga aparece, con su vestido azul y su historia entre los la-bios, lo que parecía completo se expande. Porque hay encuentros que no llegan a romper nada, sino a mostrar que el amor puede tener más de un cauce, más de una floración.