Hija de madre catalana y de padre marroquí, al que no conoció hasta veintinueve años después, Mireia Moutik Silvestre nació en Barcelona el 22 de marzo del 1994, donde se crio y creció junto a su madre, hasta que, con doce años, junto a ella y su hermana menor, se mudó a un pueblo de la costa del Maresme. Allí, acabó sus estudios secundarios, donde le reconocieron su facilidad para las letras, los idiomas y la escritura, para después no saber hacia dónde encaminar su futuro y volver a su ciudad natal a estudiar un grado medio de hostelería y restauración en la ESHOB, una de las mejores escuelas del sector en Barcelona, la cual le abriría las puertas a conseguir trabajo allá donde fuera, facilitándole así hacer aquello que más le apasiona, viajar. Poco amante de la rutina y de la limitación del progreso y el cambio del ser humano, cambió de trabajo, de ciudad y de país siempre que quiso, siguiendo su corazón. Curiosa por lo desconocido y enamorada del mundo y de sus distintas culturas. Sin un rumbo fijo y sin nada en lo que destacar, se dejó llevar por la vida con la certeza de que llegaría hasta donde estaba destinada a llegar y que, de esa manera, algún día se encontraría con algo realmente especial que poder contar y que durante tantos años esperó.